Ex-Speaker of South Africa Faces Serious Legal Accusations

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Nosiviwe Mapisa-Nqakula, quien fue la Presidenta del Parlamento en Sudáfrica hasta su reciente dimisión, ha sido oficialmente acusada de 12 cargos de corrupción y uno de lavado de dinero. Las acusaciones están relacionadas con señalamientos de haber recibido sobornos a cambio de otorgar contratos gubernamentales lucrativos mientras ocupaba el cargo de ministra de defensa del país.

La veterana política de 67 años y miembro del Congreso Nacional Africano (ANC) se entregó a las autoridades la mañana del jueves, presentándose ante el tribunal poco después. En el juzgado, Mapisa-Nqakula rechazó todas las acusaciones, declarando: “No tengo inclinación a cometer delitos”, mientras sostenía su inocencia. A pesar de su defensa, los fiscales han asegurado que cuentan con pruebas contundentes en su contra, con el fiscal principal Bheki Manyathi afirmando que el caso está fundamentado sólidamente.

Después de su comparecencia en el tribunal, le concedieron la libertad bajo fianza. Presentó su renuncia el miércoles, en medio de creciente presión y un intenso escrutinio público. En un comunicado, aclaró que su dimisión no era un reconocimiento de culpabilidad, sino una decisión motivada por la seriedad de la investigación en curso. “Dada la gravedad de la indagación, no puedo continuar en mi cargo,” expresó.

El presidente Cyril Ramaphosa elogió su decisión de renunciar, calificándola como una muestra de integridad. “Debemos reconocer su compromiso con nuestra democracia al tomar esta medida,” declaró. Asimismo, el ANC aplaudió su renuncia, destacando que reflejaba su dedicación a proteger la reputación del partido en un momento de intensas tensiones políticas.

President Cyril Ramaphosa praised her decision to resign, describing it as a demonstration of integrity. “We must acknowledge her commitment to our democracy by taking this step,” he said. The ANC also commended her resignation, emphasizing that it reflected her dedication to safeguarding the party’s reputation during a time of heightened political tension.

Las acusaciones contra Mapisa-Nqakula se basan en afirmaciones de que solicitó pagos que suman $120,000 (aproximadamente £96,000) de una empresa que buscaba obtener un contrato de transporte militar. Según los informes, los sobornos estaban supuestamente vinculados a una licitación para el traslado de equipo militar desde otras partes del continente africano de regreso a Sudáfrica. Estas denuncias han representado otro golpe para el ANC, un partido que ha enfrentado crecientes críticas y múltiples escándalos de corrupción en los últimos años.

The charges against Mapisa-Nqakula are rooted in claims that she solicited payments totaling $120,000 (approximately £96,000) from a company seeking a military transport contract. According to reports, the bribes were allegedly tied to a tender for transporting military equipment from other parts of the African continent back to South Africa. These allegations have become another blow to the ANC, a party that has faced mounting criticism and numerous corruption scandals in recent years.

La rápida renuncia de Mapisa-Nqakula se considera inusual en el contexto de la política sudafricana, donde las acusaciones de corrupción a menudo se enfrentan con desafíos y prolongadas batallas legales. Los analistas sugieren que su decisión de dejar el cargo pudo haber aliviado la presión sobre el ANC, evitando que el partido tuviera que defenderla públicamente durante un período delicado.

Una carrera marcada por la controversia

A career marred by controversy

A longstanding member of the ANC and a prominent figure in South African politics, Mapisa-Nqakula’s career has been marked by both achievements and controversy. She played a key role in the anti-apartheid struggle, earning recognition as a veteran of the movement. Her political career included serving as defense minister for seven years before being appointed Speaker of Parliament in 2021.

However, her time in office has not been without criticism. The latest accusations against her add to a series of corruption scandals that have plagued the ANC, a party that has dominated South African politics since the end of apartheid in 1994. While the ANC has maintained its majority in elections for nearly three decades, public frustration over corruption and mismanagement has grown, placing the party under increasing scrutiny ahead of upcoming elections.

Broader implications for the ANC

The corruption charges against Mapisa-Nqakula come at a critical time for the ANC. With national elections scheduled for later this year, the party faces the possibility of losing its majority for the first time in its history. Public trust in the ANC has eroded due to repeated allegations of financial mismanagement and abuse of power by senior officials. These issues have become central themes in opposition campaigns, further threatening the ANC’s electoral prospects.

Mapisa-Nqakula’s case is not an isolated incident but part of a broader pattern of corruption investigations involving high-ranking ANC members. Her former colleague, Ace Magashule, the party’s former secretary-general, is also facing charges related to alleged corruption during his tenure as premier of the Free State province. Meanwhile, other officials have been implicated in scandals involving the misuse of public funds, further tarnishing the party’s image.

La corrupción y su impacto en Sudáfrica

La corrupción ha sido durante mucho tiempo un problema acuciante en Sudáfrica, debilitando las instituciones públicas y erosionando la confianza en el gobierno. Las agencias anticorrupción del país han recibido críticas por su aparente ineficiencia, con muchos casos de mala conducta sin castigo. No obstante, los recientes arrestos y procesamientos de alto perfil indican un renovado esfuerzo por abordar el problema.

Corruption has long been a pressing issue in South Africa, undermining public institutions and eroding confidence in the government. The country’s anti-corruption agencies have faced criticism for their perceived inefficiency, with many cases of misconduct going unpunished. However, recent high-profile arrests and prosecutions signal a renewed effort to tackle the issue.

El caso contra Mapisa-Nqakula, junto con otros casos de corrupción de alto perfil, ha subrayado la necesidad urgente de implementar medidas más fuertes para combatir el soborno en Sudáfrica. A medida que el país se prepara para las elecciones, el desenlace de estos casos podría tener importantes implicaciones políticas, influyendo en la percepción de los votantes y moldeando el panorama político nacional.

Perspectivas futuras

Mientras Nosiviwe Mapisa-Nqakula espera el avance de los procedimientos legales, su caso sirve como un recordatorio de los desafíos que enfrenta Sudáfrica en su lucha contra la corrupción. Aunque su renuncia pudo haber aliviado la presión política inmediata sobre el ANC, el problema más amplio de la corrupción sistémica sigue sin resolverse.

As Nosiviwe Mapisa-Nqakula awaits further legal proceedings, her case serves as a reminder of the challenges facing South Africa in its fight against corruption. While her resignation may have eased immediate political pressure on the ANC, the broader issue of systemic corruption remains unresolved.

The ANC’s ability to address these challenges will likely play a key role in determining its future political success. For now, the party faces the difficult task of restoring public trust while grappling with the fallout from yet another corruption scandal. Whether the ANC can overcome these obstacles remains to be seen, but one thing is clear: the fight against corruption in South Africa is far from over.